Unai Emery: un legado para la historia

25.10.2022

"Aquel 27 de julio de 2020, en mi presentación, dije que mi sueño era ganar un título con el Villarreal CF. Hoy, después de haberlo cumplido, puedo deciros a los aficionados, al Club y a los jugadores que lo que nunca hubiera soñado es que iba a ser tan feliz como lo he sido con vosotros".

Así terminaba Unai Emery su carta de despedida, imprimía su firma y dejaba marcado un final que ha sido tan inesperado como sorprendente, que acaba de hacer trizas el corazón de los aficionados del Villarreal, que salieron de una semana trágica donde tocaba llorar el fallecimiento de José Manuel Llaneza para entrar en otra que empieza con el entrenador despidiéndose para siempre del club donde ha sido tan feliz, como él dice.

Su paso en el Villarreal ha sido tan efímero como productivo, ha dejado tantas tardes malas como noches de gloria, ha sido el hombre perfecto para hacer escalar al club a ese escalón que tanto Llaneza como Roig llevaban años peleando por conseguir. Les ha ubicado en el mapa europeo, como un golpe en la mesa de quien necesita reivindicarse pero no tiene como hacerlo, una rebelión contra los grandes y una demostración de casta y coraje, de como un pequeño pueblo de Castellón podía soñar con ganar la Champions, de como las calles se llenaron con una celebración única.


Hablar de Unai Emery y su paso en el Villarreal es hacerlo del entrenador más importante de la historia moderna del club. Un técnico que tenía que demostrar que seguía teniendo el nivel para entrenar a los más grandes, después de esas experiencias en Sevilla o PSG, y un equipo que llevaba años acumulando talento pero que no era capaz de organizarlo, que necesitaba ser guiado por esa mano que marca el camino, por ese enfermo que se sienta en el banquillo y se tira noches enteras sin dormir, buscando el esquema, estudiando el sistema.

Quedarse con los éxitos materiales de Emery en el Villarreal, sería quedarse corto, pero no sería ser injusto. Porque en su primera temporada tocó metal, conquistó una Europa League con la que muy pocos contaban, se saltó las estadísticas y los pronósticos, le demostró a una ciudad de 50.000 habitantes que podía ser más grande que una de 500.000 con un periplo por una de las competiciones más exigentes del viejo continente, con un triunfo en esa gran final contra el Manchester United. Porque la historia la escriben los que ganan, y Rulli marcó ese penalti, Emery ganó.

Se podrán analizar muchas cosas de su paso por Villarreal, un equipo que no ha sido regular en liga pero que ha sabido vestirse de gala para las noches grandes, ha peleado cuando tocaba hacerlo, con un presupuesto absurdo para Europa, con muchos jugadores que nunca serían internacionales brillando en Europa.

Porque si con Unai Emery se habla de historia, es porque lo que hizo la temporada pasada no hay otra forma de definirlo. Construyó un equipo con más valor que miedo, más arrojo que dudas, más certezas que incertidumbres, un grupo de jugadores a los que no le temblaron las piernas, que se mantuvieron siempre fuertes y con una sonrisa para asaltar Turín y Múnich, para salir de Anfield con vida y para acorralar a todo un Liverpool en la Cerámica, un estadio para 22.000 aficionados que se convirtió en un coliseo romano, con una batalla a vida o muerte entre Emery y Klopp donde el Hondarribia fue el que marcó sentencia durante muchos minutos.


Lo bueno de hacer historia, es que por muchos años que pasen el legado seguirá vivo, y eso es lo que le va a suceder a Unai Emery, porque ahora da igual si llega Seitán, Gallardo o cualquier otro, la base del equipo tiene apellido vasco y una huella imborrable. Porque seguirán pasando los años y los aficionados 'groguets' seguirán recordando a su entrenador, a aquel que ha sentado las bases de todos los éxitos que lleguen. Lo verán en la mirada de Pau Torres cuando tenga que saltar en Qatar para jugar el Mundial, en cada gol de Jackson, cada regate de Yéremi o cada carrera de Chukwueze. La sombra de Unai Emery aparecerá con cada 'tackle' de Foyth, cada parada salvadora de Rulli o cada carrera de Pedraza por la banda. Porque no solo ha conseguido mejorar todo entramado defensivo y ofensivo, sino que ha sido capaz de hacer crecer a una generación con tanto talento como desparpajo, sacando un rendimiento inédito a algunos en los que ya nadie confiaba.

Son malos tiempos para el Villarreal, un club que ha sufrido dos pérdidas terribles, una irreparable y otra casi irreconciliable, una que lleva estando en las sombras más de por el equipo y otra que en dos ha conseguido colarse en el libro de la historia. Los siguientes pasos serán muy importantes, como se salve una temporada donde, casi sin internacionales, habrá tiempo para trabajar y estudiar con el nuevo técnico. Tocará mirar hacia adelante y olvidar el pasado, seguir peleando por lograr los objetivos, pero sobre todo, nunca perder la esencia de Unai Emery, nunca dejar de creer en quien ha dejado un legado que, pese a lo efímero del mundo del fútbol, ya es imborrable.

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar